jueves, 19 de junio de 2014

El Hojarasquín del monte

Se alimenta de flores y de bayas doradas de los bosques profundos. Tronco de guayacán con cabeza de hombre cubierta de chamizos y salvajina, la voluntad del Hojarasquín es cuidar el bosque y los animales selváticos. Atento al chillido de las golondrinas en los farallones del río, sabe cuándo se acerca el depredador de la flora y cuando debe auxiliar al sabanero, anhelante víctima de los perros del cazador. Amante de los vuelos, el Hojarasquín algunas veces se cansa de ser árbol y entonces disputa con los loros, intenta saltar con los venados en las tardes de sol.

El Hojarasquín del Monte
El Hojarasquín del Monte (Foto: Internet)

lunes, 16 de junio de 2014

La Madre del Agua

Es como una ninfa de las aguas, con aspecto de niña o de jovencita bellísima, de ojos azules pero hipnotizadores y una larga cabellera rubia. La característica más notoria es la de llevar los piececitos volteados hacia atrás, es decir, al contrario de cómo los tenemos los humanos, por eso, quién encuentra sus rastros, cree seguir sus huellas, pero se desorienta porque ella va en sentido contrario.


La Madre del Agua
La Madre del Agua (Foto: Internet)

Cuentan los ribereños, los pescadores, los bogas y vecinos de los grandes ríos, quebradas y lagunas, que los niños predispuestos al embrujo de la madre de agua, siempre sueñan o deliran con una niña bella y rubia que los llama y los invita a una paraje tapizado de flores y un palacio con muchas escalinatas, adornado con oro y piedras preciosas.
jueves, 5 de junio de 2014

La Patasola

Habita entre la maraña espesa de la selva virgen, en las cumbres de la llanura. Con la única pata que tiene avanza con rapidez asombrosa. Es el endriago más temido por colonos, mineros, cazadores, caminantes, agricultores y leñadores.
La Patasola
La Patasola

Algunos aventureros dicen que es una mujer bellísima que los llama y los atrae para enamorarlos, pero avanza hacía la oscuridad del bosque a donde los va conduciendo con sus miradas lascivas, hasta transformarse en una mujer horrible con ojos de fuego, boca desproporcionada de donde asoman unos dientes de felino y una cabellera corta y despeinada que cae sobre el rostro para ocultar su fealdad.