Juan Machete |
El diablo le dijo a Juan que agarrara un sapo y una gallina, a los cuales debería coserle los ojos y enterrarlos vivos un Viernes Santo a las doce de la noche, en un lugar apartado, luego debería invocar el alma y el corazón. Juan cumplió con lo encomendado. Pasando varios días, el hombre se dio cuenta que los negocios prosperaban.